Cresta de la Pez al Gran Bachimala || Valle de Chistau

Para vivir momentos mágicos hay que moverse. Todos queremos estar en lo más alto y contemplar el paisaje. A veces, desearíamos poder subir sin tener que pagar un pequeño peaje. Sin esforzarnos. Sin dar lo mejor de nosotros. Quizás lo difícil de esto sea entender que ser capaz de disfrutar del camino es tan o más importante que ser feliz en la cima. No tengo claro que siga hablando de montaña…

No podemos pretender disfrutar de la vida sin estar dispuestos a sufrir proporcionalmente, decía Juanjo San Sebastián en su libro “Cita con la cumbre”.

De sufrir los montañeros saben un poco y, puesto que seguimos en el proceso de alcanzar a esa categoría, nosotros no íbamos a ser menos.

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Cresta Crabioules || Valle de Literola

«El precio de la libertad es la soledad, y el precio de ser pájaro la esclavitud del tiempo.»

Reflexiones de este estilo escribió Miriam García Pascual, recogidas en su libro Bájame una estrella. Si no lo conocíais, ya estáis tardando.

La primera vez que leí esa frase no fui capaz de entenderla. Por lo menos de esa forma en la que se entienden las cosas, de verdad. Desde las entrañas. Asimilándola. Viviéndola.

Yo, que jamás voy a ser tan valiente como para ser verdaderamente libre, para ser pájaro, juego a volar de vez en cuando. Y, ¿acaso hay alguna forma mejor de hacerlo que caminar sobre las nubes en un estrecho camino sobre el granito pirenaico?

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Las de hace un tiempo.

He aquí mi desorden mental. Un intento absurdo de organizar en pocas líneas alguna de las miniaventuras que no se han recogido en este modesto blog, y que he realizado en los últimos meses.

A veces me gusta escribir, porque quiero que mis pensamientos se queden aquí, guardados. Como si de un cajón de sastre se tratase. Además, así puedo volver a revivir esas escaladas cuando la motivación escasea o el tiempo apremia. Recogidas en el cajón no pueden ser olvidadas.

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Aguja Haurillon (3.075 m) || Benasque

Éramos libres.

Libres para poder decidir.

La noche era más oscura que nunca en el valle de Vallibierna. La luna apenas iluminaba el sendero; a diferencia de nuestros frontales.

Caminábamos sin hablar demasiado, como autómatas. La aproximación hasta los ibones de Coronas se nos hacía muy familiar,  y no teníamos que pensar.

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Cresta Roques Blanques || Llauset

Desde el embalse se veía todo lo que teníamos que recorrer. Llauset se mostraba como un escaparate donde escoger aquello que más desearas. En nuestro caso, el artículo era una montaña, y el dinero nuestro propio esfuerzo. Eso, y algo de valor.

Un estrecho camino bordeaba la presa por la derecha. Una cadena facilitaba el flanqueo, equipada seguramente para evitar riesgos en presencia de nieve y hielo. Seguir leyendo «Cresta Roques Blanques || Llauset»

Pico Tempestades (3.289m) || Llosas

13 de junio. La montaña ha abierto sus puertas. O por lo menos, quienes las guardan.

La pista hacia el Refugio de Pescadores presenta alguna que otra  piedra que nos obliga a parar y despejar la zona. Lo que está claro es que no ha pasado mucha gente por ahí los últimos meses. Historias de pandemia.

Hay agua por todos lados. La pared que protege el ibón de Llosas escurre por cada una de sus grietas y, la pleta anterior, es más bien una piscina de chapoteo. Seguir leyendo «Pico Tempestades (3.289m) || Llosas»